Moneyball

Escoger una plantilla para iniciar una temporada se parece, en cierta forma, a reunir a una tripulación para lanzarse a una singladura. En ambos casos, debes anticiparte a los contratiempos que habrá que hacer frente, y asegurarte de que el grupo podrá sortearlos con más o menos habilidad. Reunir una plantilla ganadora requiere mucha intuición, conocer bien tu profesión y saber encajar las piezas como en un puzzle. En una temporada en la que se avistan nubarrones en el horizonte, ese trabajo se complica.

El objetivo es reducir la diferencia de rendimiento con las plantillas de los grandes equipos.

Moneyball, además de una magnífica película protagonizada por Brad Pitt, interpretación por la que obtuvo una nominación a los Óscars, es un sistema de estadística avanzada aplicada al deporte. Consiste en combinar un gran número de parámetros para evaluar el rendimiento real de los jugadores, establecer sinergias reduciendo la incertidumbre. Es el sistema con el que Billy Beane, manager general de los Oakland Athletics interpretado en el film por Brad Pitt, consiguió reducir la diferencia de rendimiento de su plantilla con la de los grandes equipos, y de paso cambió el beisbol para siempre. Es la ciencia frente la intuición, o más bien, la ciencia ayudando a la intuición.

En el fútbol parece costar más implantar este sistema. El beisbol, al fin y al cabo, es un deporte en el que cada jugador trabaja de modo individual. El fútbol es más dinámico, hay mucha interacción entre los jugadores, lo que hace que los modelos matemáticos sean menos seguros. Sin embargo, clubes como el Tottenham o el Brentford se basan casi exclusivamente en la estadística avanzada para planificar sus temporadas.

En España, el director deportivo que con más éxito está aplicando este modelo es Monchi, que ayudó a rescatar al Sevilla de la ruina financiera y lo ha llevado a ganar su sexta Europa League este mismo agosto, con un rendimiento en la última década realmente envidiable. El sistema es sencillo sobre el papel, según confiesa el propio Monchi: "buscamos jugadores desconocidos en lugares a los que sabemos que no irán los equipos más ricos porque no creen que hallarán a nadie suficientemente talentoso como para ellos".

Nos ha tocado subir a Primera, ascenso que suele ir acompañado de una revolución en la plantilla, en un mal año para los fichajes. Ningún club, grande o pequeño, está anunciando movimientos de calado para la campaña que empieza este fin de semana. En estas circunstacias, la trascendencia de cada baja o incorporación se multiplica, y el acierto del equipo dirigido por Óscar Arias, que trabajó junto a Monchi en el Sevilla, y al que el isleño atribuye parte de su éxito en la capital Hispalense, se hace más crítico.

Estamos ante una temporada de mucha exigencia, y cada detalle contará para lograr la permanencia. Con una plantilla sobredimensionada, con cesiones y traspasos que, lejos de hacer caja, siguen sangrando las arcas del club, la situación es preocupante. Como dice Monchi, "no hay secretos, vemos mucho fútbol, viajamos mucho y trabajamos duro". No podemos dudar que el grupo de técnicos con que cuenta el equipo gaditano hace todo eso y más.

Veremos los resultados a partir del póximo sábado.