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Perdonen por las molestias
Con el mar en la mirada
Jose Manuel era el muchacho que atendía el puesto de chucherías que había en el viejo estadio.
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Antonio Caracuel - 15 dic 2020 - 19:33 CET
Creció en el barrio de San Juan Bautista, el conocido popularmente como Los Chinchorros, por detrás del cementerio que ahora es poco más que una ruina, a un paso de la playa de La Victoria, donde entretenía sus tardes explorando la fauna marina, mucho antes de matricularse en Ciencias del Mar. Mientras, no muy lejos de allí, tarde tras tarde, el Mago maravillaba a la grada haciendo sus diabluras con el balón.
Aquel era un tiempo en el que el fútbol parecía consistir únicamente en echarle ganas
A buen seguro, en las noches silenciosas, podía oír en la distancia cómo las olas se turnaban para llegar a la orilla. Será por eso que, cuando uno lo observa con atención, no puede evitar sentir que en el fondo de esa mirada se esconde una porción del mar de su niñez. Si Rainer Rilke acertaba cuando decía que "la verdadera patria del hombre es la infancia", la patria de José Manuel debe ser el mar.
Luego está su afición por el Cádiz, que comparte con su madre quien, con 82 años, sigue preguntando cómo ha quedado el equipo cada día de partido.
Era el muchacho que servía perritos calientes, bebidas e incluso, en las visitas del Barça a Cádiz, alguna chuchería a Mariana, la mujer de Stoichkov, en el puesto que Ordóñez tenía bajo la grada de tribuna del viejo estadio.
Los sábados salía con sus amigos para compartir risas y alguna botella de Whisky con Cola. Al día siguiente, con pocas horas de sueño en el cuerpo, se levantaba con el tiempo justo para comer algo y llegar a las tres al estadio, dos horas antes del comienzo del partido, cuando todavía las televisiones no imponían el horario asiático, y el fútbol tenía, como la misa, su hora fija los domingos.
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Antes de cada partido descargaba la mercancía del día y ordenaba el puesto. Los aficionados llegaban pronto para coger un buen sitio desde el que animar al equipo, pero una vez comenzado el partido, y hasta el descanso, podía asomarse un rato a la grada o cerrar los ojos para recuperar parte del sueño perdido.
Luego terminaba el partido, el estadio se vaciaba y solo quedaba recoger hasta la siguiente jornada en casa.
Aquel era un tiempo en el que el fútbol parecía consistir únicamente en echarle ganas. Un tiempo en el que los porteros solo usaban los pies para bombear balones al campo contrario, y los delanteros no presionaban la salida del rival. Un tiempo en el que el Cádiz era capaz de salvar la permanencia en el último minuto del último partido, a veces incluso unos días más tarde en algún despacho. Un tiempo pasado, ni mejor ni peor, en el que, a veces, uno se refugia de la vorágine del fútbol actual.
Archivada en
Clasificación jornada 9
- Equipo
- Pt
- PJ
- G
- E
- P
- GF
- GC
- 14
- Eldense
- Eldense
- 11
- 9
- 3
- 2
- 4
- 10
- 12
- 15
- Elche
- Elche
- 10
- 8
- 3
- 1
- 4
- 9
- 9
- 16
- Cádiz CF
- Cádiz CF
- 10
- 9
- 2
- 4
- 3
- 12
- 16
- 17
- Ferrol
- Ferrol
- 9
- 8
- 2
- 3
- 3
- 5
- 8
- 18
- UD Almería
- UD Almería
- 9
- 9
- 2
- 3
- 4
- 14
- 18