Normal

El Cádiz sigue insistiendo en su metamorfosis táctica, con ese adelanto de líneas en la presión y con mayores licencias en la salida del balón. Y se está en el buen camino, pues el primer tiempo resultó bastante positivo. Hay que seguir. La evolución pasa por concretar en goles ese buen juego; y en evitar que cuando se reciba un gol y el equipo se vuelva loco en busca del empate. Ahí hay mucho que corregir, tanto en lo táctico como en lo psicológico.

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Peritas

Primer tiempo: Es verdad que los partidos duran noventa minutos y que un buen trabajo de ochenta y nueve puede echarse por tierra en apenas uno. El nuevo Cádiz de Cervera está realizando muy buenos primeros tiempos, ante el Atlético fue de lo mejor de la temporada, pero también lo fueron ante Athletic e incluso Getafe. Presión adelantada sin perder la seguridad defensiva, bloqueando líneas de pases y robando el balón; y hasta jugarlo con criterio cuando se tiene la posesión, sin perderlo alocadamente, buscando las bandas y los centros al área. Ese es el camino, la tesis a seguir; y es merecedor de una Perita.

Hay vida después de ponerse por detrás en el marcador.

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Álex: Sigue asumiendo su nuevo rol como hombre clave en la salida del balón, jugándolo con cierto criterio. Hasta se permite recibir de espaldas y girarse para superar líneas e iniciar el ataque. Va cogiendo confianza y será determinante en la nueva propuesta del equipo.

Brigadas: Tras las tensas semanas de reivindicaciones obreras, el Nuevo Mirandilla se presentaba como un escenario ideal, por su repercusión mediática, para manifestar ese sentimiento reivindicativo. Desde Brigadas Amarillas se actuó en consonancia, con gritos y cánticos recordando la lucha de los trabajadores del metal. Gran Perita.

Membrillos

Gol en contra: Como antítesis a la primera Perita, el equipo debe completar su cambio asumiendo que hay vida después de ponerse por detrás en el marcador. No puede ser que, tras encajar un gol, el equipo se vuelva loco, pierda todo rigor táctico y se lance a un ataque tan infantil, como infructuoso, como vulnerable en defensa, dando al contrario todas las facilidades para cogernos a la contra y finiquitar el partido.

Hace falta un delantero de verdad, de los de mala leche en el área.

Centros: Otra de las antítesis que hay que reconducir es la defensa de los centros. Ya no basta el Membrillo como fruto, se merece el membrillo como árbol. ¡Qué desastre! Cada centro es medio gol, no hay centro que no nos gane el contrario, aunque sea un cortete. Y lo peor es que nuestros rivales lo saben y no se cortan a la hora de centrar y volver a centrar, aunque sea desde tres cuarto de campo. El Fortuna, en Copa, seguro que focalizará sus bazas en este lance del juego.

Remates: Si bien la primera mitad puede concluirse como muy satisfactoria, no es menos cierto que esa buena propuesta debe concretarse en goles. De lo contrario, de nada sirve ese aparente buen juego. Y para ello hace falta un delantero de verdad, de los de mala leche en el área, de los que llevan el cuchillo entre los dientes, de los que tienen el gol en sus genes, de los que rematan hasta con el culo. A ver qué pasa...