Esperpento

LaLiga Santander Jornada 20 / Temporada 2021-2022

En todo hay de todo, cosas buenas y no tan buenas. Las cosas buenas son las Peritas y las no tan buenas, los Membrillos.

Si Valle Inclán hubiese visto este partido del Cádiz, hubiese flipado. Nunca hubiera imaginado que el esperpento llegaría a tanto. El partido del Cádiz se define en un balón que Álex pasa a Andone, que está fuera del campo esperando para entrar en juego. Pues fue el mejor pase del partido.

Tal y como se desarrolló el partido, lo normal hubiese sido una humillante goleada.

Peritas

Andone: Para dar brío a la crónica esperpéntica de este partido, la Perita se la lleva Andone. Ahí es nada cómo tiene que estar la cosa. ¡Remató a puerta!

El resultado: Tal y como se desarrolló el partido, lo mejor ha sido el resultado, pues lo normal hubiese sido una humillante goleada. Ledesma volvió a ser el único en salvar los muebles.

Nuevo VAR: Parece que ahora para la señalización de un penalti por manos se exige mucha más intencionalidad que antes. Ya no se pita cualquier golpeo del balón en las manos del defensor. Así parecen haberlo entendido. Porque de lo contrario, de haber seguido con el rigor anterior, nos hubieran cascado hasta dos penaltis.

El equipo no puede seguir siendo esclavo del sistema.

Membrillos

Cervera: El, sin dudas, mejor entrenador de la historia del Cádiz CF tiene que reaccionar. El equipo no puede seguir siendo esclavo del sistema. Un sistema que ha funcionado, y que puede seguir funcionando, pero que puede, que debe ser algo más flexible. El atrincheramiento atrás debe tener grados, no es lo mismo ejecutarlo frente a equipos de un potencial infinitamente superior, donde no queda otra, que a equipos no tan superiores a nosotros, ante los que se puede, se debe proponer algo más. Sus palabras al final del partido dan lugar a muchas interpretaciones sobre su estado de ánimo.

Juan Cala: No. Mire usted, no. Sus declaraciones tras el partido son de Membrillo gordo. Por muy chunga que esté la situación, no se puede arrojar la toalla. En sus palabras subyace la resignación al descenso. Frases como "lo que está claro es que pinta muy mal", "tenemos, aunque el barco se hunda, no dejar de remar", "un descenso perjudica a todo el mundo", "tenemos que nadar, aunque muera en la orilla", "desde mañana mismo tenemos que revertir la situación, aunque ya lo hemos dicho muchas veces y parece que no da", no son precisamente frases optimistas. Si el resto de compañeros piensan igual, mal vamos. Y si también lo piensa el míster, apaga y vámonos.

Córneres: Para un equipo que apenas se acerca al área contraria, es todo un lujo disponer de algún córner. Increíblemente, el Cádiz disfrutó de siete (frente a cinco de Osasuna), seis en la primera mitad. Pues todos, absolutamente todos, fueron de una inocencia infinita, sin el más mínimo peligro.

Cuando se defiende tan atrás, es obligatorio ser expeditivo y contundente en el despeje.

Controles: A cualquier jugador de Primera hay que exigirle que, al menos, sea capaz de controlar un balón. Es un desastre. Cada recepción de balón es una odisea, entre que si se controla, hasta con dos o tres toques y se pasa, el contrario ya nos la ha quitado. Ni un control orientado, ni un pase al primer toque, nada.

Falta de contundencia: Cuando se defiende tan atrás, es obligatorio ser expeditivo y contundente en el despeje. Como se ha hecho en temporadas anteriores. Pues este año, ni eso. Los dos goles vienen provocados por no ser resolutivos en sacar el balón del área. Vale que no se quiera arriesgar con pases cortos, pero, al menos, un buen despeje. Si es orientado, mejor.

Acaso se está negociando la lucha.

Balones divididos: No nos llevamos ni uno. Todos los balones divididos, todos lo rechaces, todos los duelos, se resuelven siempre a favor del contrario. En palabras de Cervera, "son más intensos que nosotros". Acaso se está negociando la lucha.