Medio pie

LaLiga Santander Jornada 36 / Temporada 2021-2022

En todo hay de todo, cosas buenas y no tan buenas. Las cosas buenas son las Peritas y las no tan buenas, los Membrillos.

Partido 16 d. C. Partiendo de que el partido del Cádiz fue malo, muy malo, lo cierto es que se decide por medio pie: medio pie para evitar el fuera de juego del primer gol, medio pie para estar en fuera de juego en el gol anulado al Cádiz y medio pie para que la acción del penalti del segundo gol sea dentro del área. Medio pie. Nuestros defensas deberán jugar con dos números menos de pie; y los delanteros con dos números más. ¡Medio pie! Y medio pie es lo que tiene el Cádiz en Segunda. Por ende, seguimos con pie y medio en primera. Nos tienen que matá.

Mirar lo que nos queda y lo que le queda a los demás es para echarse a temblar.

Peritas

Minutos uno: El equipo se merece una Perita conjunta por su actitud en los inicios de ambas mitades. Lástima que durase solo un minuto.

Alcaraz: La llegada de Alcaraz ha sido el principal detonante para el cambio de imagen del equipo. Alguien que sabe jugar y hacer jugar. Su ausencia se ha echado mucho de menos. Es más, cuando no ha estado, el equipo se ha visto obligado a recular líneas. Es ese "algo más" que siempre se había demandado. Su regreso al titular, si está en plenitud de condiciones, es una buena baza a la que agarrarse para consolidar la permanencia.

Choco: Con la llegada de Sergio al banquillo algunos jugadores han tomado más protagonismos, pero otros, caso del Choco lozano, lo han perdido. El Choco ha sido un jugador determinante en buena parte de la temporada y es buena noticia que vuelva a enchufarse. El equipo tuvo más frescura y verticalidad en ataque desde su entrada al campo.

La acción del gol anulado es perfecta.

La clasificación: ¡Podría acabarse ya! Mirar lo que nos queda y lo que le queda a los demás es para echarse a temblar, pero es lo que hay. Y lo que hay es que, hoy por hoy, la clasificación dice que estamos fuera de descenso y dependiendo de nosotros mismos. Hay que ganar los dos partidos que quedan. ¡Vayan pasando!

Gol anulado: La acción del gol anulado es perfecta, y precisamente ejecutada por dos jugadores que hicieron un partido horrible, Alarcón e Idrissi. El pase de primer, raso y atrás es muy bueno y el disparo del holandés al primer toque para meter el balón por toda la escuadra es genial. Lástima que no sirviera para nada.

Otros dos penaltitos, de esos que se decían que no se iban a pitar.

Membrillos

Penaltitos: Y sigue el calvario. No querías caldo, pues toma, dos tazas. Otros dos penaltitos, de esos que se decían que no se iban a pitar. Salvo al Cádiz, claro. ¡Y van doce! En el primero, al margen de si es dentro o fuera, hay que atinar mucho para saber si puede ser que le medio pise un dedo o que contacte con la rodilla o lo que sean que pudiera ser que fuera. Y lo del segundo es, sencillamente, de cachondeo, pues el defensor se lanza recto sobre el suelo y el atacante hace un carpazo caletero en el puente Canal de nivelasso gordo.

Córners: En un partido donde apenas tuvimos acercamientos al área contraria, tuvimos, paradójicamente, doce córneres. ¡Doce! A cada cual peor. Casi siempre al primer palo, pero muy bajos, a la altura del pecho, o blanditos o en corto. El balón parado, en este caso, los córneres, es un recurso del que se debe sacar mayor partido.

Lesión de Alejo: Está teniendo un buen final de temporada, con explosividad en sus acciones por banda derecha. Y su entrada la notó el equipo. Su lesión, en espera de confirmación de su gravedad, podría acusarla el equipo.

Mediocentro: El centro del campo fue superado totalmente. Josemari, más o menos mantuvo el tipo, pero jugar con una tarjeta desde el minuto tres, pesa mucho. Lo de Alarcón fue horrible, gran Membrillo. No se enteró de la película. Y para una buena acción que tuvo, en el centro del gol anulado, estaba en fuera de juego. El apoyo debería venir de Álex, colocado por delante de los dos mediocentros, pero fue todo lo contrario. Presión infructuosa, correteando de un lado para otro sin oler el balón, desbordado, corriendo siempre hacia atrás; y sin criterio con la posesión.

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