Más difícil todavía

El equipo está en un momento malo, en el peor momento para estarlo. Tres partidos seguidos sin ver puerta y dos de ellos en casa. La dinámica empieza a ser peligrosa.

El gol vale dinero y la cosa no ha mejorado lo suficiente

Ante Osasuna el equipo necesitaba ganar, pero nada empezó bien y se fue diluyendo por culpa de ese no sé qué que nadie sabe explicar pero que nos está castigando y de qué manera. El gol vale dinero y, aunque hemos mejorado en nombres a lo que había a principio de temporada, la cosa no ha mejorado lo suficiente. Cuesta la vida marcar, la misma vida.

El equipo navarro vino a preparar la final de copa, con juveniles y suplentes en su mayoría, y se encontro a un Cádiz sin mordiente, con menos maldad que un pescaito en blanco. Mención aparte merece Ledesma. El argentino es un titán, que bárbaro Conan, disfrútenlo mientras puedan.

Preparen los corazones y regulen los marcapasos porque esto va a ser de infarto.

Y, ¿ahora que? ¿Cómo planteamos esto?. Escucho y pienso ya en cómo ir a Elche para jugarnos de nuevo la vida. Malas sensaciones y este domingo tenemos otra final en mayúsculas. Sin Fali, Ocampo, Chust, Roger, Escalante y con varias dudas más como la de Guardiola o Mere y con el Choco en la grada por decisión técnica. Preparen los corazones y regulen los marcapasos porque esto va a ser de infarto.

Y lo que hay es lo que tenemos. Y con lo que hay tenemos que tirar. Que ganas tengo que vuelva Gonzalo Escalante, no se nota na, no que va.

Lo dicho, la vida puede ser maravillosa, o puede ser la de un aficionado cadista que sufre, sufre y vuelve a sufrir. De ahí no nos bajamos. De comernos las uñas, de pasarlo mal y de ver el broche final de la temporada. Que Dios nos coja confesados.

Hay que confiar, no queda otra. Esperemos que este domingo nos carguen la batería porque lo del Osasuna fue un palo duro, muy duro.